domingo, 13 de diciembre de 2009

"Si cedo, expulsarán a muchos saharauis igual que a mí"


Por la noche Aminetu Haidar revive. En un cuchitril de Lanzarote, escenario de su huelga de hambre, recibió a EL PAÍS. Habló de su salud, de sus hijos y, sobre todo, de su lucha como activista

IGNACIO CEMBRERO 13/12/2009

Los amigos saharauis y españoles que la rodean prodigan múltiples consejos al periodista antes de permitirle pasar al cuchitril donde se aloja Aminetu Haidar, que ese día cumplía 26 días en huelga de hambre. "Haz pocas preguntas y vete al grano porque le supone un gran esfuerzo mantener una larga conversación", le aconsejan. "Vendremos a sacarte a los pocos minutos para que no nos la agotes", le advierten. "Está muy débil", le insisten.

Familias saharauis y simpatizantes españoles montan una especie de guardia permanente ante la puerta del pequeño edificio, frente a la parada de autobuses turísticos situada entre las dos terminales del aeropuerto de Lanzarote. Haidar toca, cuando les necesita, una pequeña campana y acuden a atenderla para, por ejemplo, llevarla al baño en silla de ruedas.

Es entonces cuando los fotógrafos la retratan, pero siempre sin flash para no deslumbrarla. Al aire libre, bajo el techo de la parada, se ha improvisado incluso un pequeño centro de prensa. Es ahí donde los numerosos políticos, sindicalistas, artistas e intelectuales que visitan a Haidar hacen a la salida su breve declaración solidaria.

Lleva 26 días en huelga de hambre cuando el periodista entra en lo que fue una habitación, sin ventanas, en la que los chóferes de los autobuses que trasladan turistas al aeropuerto de Arrecife depositaban sus bultos. Haidar, de 42 años, está tumbada en el suelo, pero no ha perdido nada de su agilidad mental, aunque su voz es algo más débil. Muestra la misma vivacidad al hablar que cuando la vi por última vez, hace mes y medio, en una cafetería de Madrid. La conversación se desarrolla en francés, un idioma que le cuesta menos hablar que el castellano, que chapurrea con dificultad.

"Aguanto, voy tirando", contesta a un comentario sobre su aparente robustez mental. "Pero desde hace cuatro días ya no puedo leer periódicos", se lamenta. "Me canso mucho al fijar la vista", añade. "Así que me entero de la actualidad por los resúmenes orales que me hacen mis amigos. Además, no soporto la luz. Y eso que vengo del lugar más luminoso del mundo: el Sáhara".

Es de noche y en el cuartucho sólo hay una pequeña lámpara encendida con la que el periodista apenas logra leer las notas que va tomando. Una gran alfombra cubre el suelo. Haidar está tumbada sobre una colchoneta junto a dos pequeñas botellas que contienen agua con azúcar, el único alimento que ingiere. El cabecero de su camastro consiste en una gran foto suya con sus dos hijos, de 13 y 15 años.

Vivía con ellos en El Aaiún, la capital del Sáhara Occidental, hasta que el 14 de noviembre pasado fue expulsada por la policía marroquí tras permanecer detenida 24 horas en el aeropuerto al regresar de un viaje a EE UU, donde recibió el Premio al Coraje Civil 2009 de la Fundación Train, y a España. En el hospital de La Paz de Madrid se sometió a una revisión médica. Padece, entre otras dolencias, de una úlcera sangrante y de un problema de espalda.

Son las secuelas de los cerca de cuatro años que estuvo encarcelada, en penales secretos en los que fue torturada, durante el reinado del rey Hassan II. Con su hijo, Mohamed VI, fue de nuevo enviada a prisión en 2005, pero sólo siete meses. Fue entonces cuando, en la Cárcel Negra de El Aaiún, hizo su primera huelga de hambre: duró más de un mes, para tratar de obtener el estatus de presa política. No lo consiguió, pero si logró alguna mejora de su situación carcelaria.

El tono de voz de Haidar es más apagado que hace unos meses, pero mantiene casi intacta su sonrisa, incluso cuando arremete con gran dureza contra sus enemigos. Sólo se le quiebra la afabilidad de su expresión cuando evoca a sus hijos. Su rostro se torna triste. "Me duele el corazón cuando me acuerdo de ellos", confiesa esta mujer a la que le cuesta hablar de sus sentimientos y prefiere hacer hincapié en su lucha.

"Últimamente ya no hablo con ellos por teléfono", señala. "Es demasiado duro para todos". "Sé que mi madre hace lo imposible para evitar que vean en las televisiones españolas -la señal de Canarias se capta en El Aaiún- imágenes mías". "Así lloran menos". "Mi hija, de 15 años, escribió la carta pidiendo ayuda para su madre, pero mi hijo, de 13, quería ponerse en huelga de hambre". "Le convencí de que no lo hiciera". "Les dije que nos abrazaremos de nuevo cuando vuelva a El Aaiún".

¿Pero usted no está segura de poder regresar? "Viva o muerta regresaré", responde sin separarse de su sonrisa. ¿No sería preferible, para la causa del independentismo saharaui que usted permaneciera viva? Haidar, por una vez, titubea: "Quizá". Pero se apresura a añadir: "Pero también está mi dignidad, mi lucha legítima por un derecho individual, el de volver a mi patria, a mi ciudad, a mi casa". "Sólo entonces dejaré la huelga de hambre". "Si yo cedo es posible que expulsen de la misma manera a otros muchos saharauis".

-Llegará un día en que ya no esté en posesión de sus facultades. El Gobierno español intentará entonces que, mediante una decisión judicial, usted sea alimentada a la fuerza en un hospital.

-Haré, con la ayuda de mis abogados, todo lo posible por evitarlo. He firmado un escrito para tratar de impedirlo. No voy a revelar ni de qué tipo de documento se trata, ni cuál es su contenido.

-¿Qué es más duro: hacer una huelga de hambre en una cárcel marroquí o en un aeropuerto español?

-Aquí , porque nunca me hubiese imaginado verme obligada a recurrir a ella en un país democrático como España. Pero es la única forma de protesta eficaz a mi alcance. Nunca pensé que España sería cómplice de Marruecos aceptando mi expulsión de El Aaiún, impidiéndome viajar a mi ciudad desde Lanzarote .

El Gobierno incumplió así, según ella, el Pacto de Derechos Políticos y Civiles suscrito por España. El artículo 12 del pacto, también firmado por Marruecos, estipula que nadie puede ser privado arbitrariamente del derecho a entrar en su propio país.

Pero el Gobierno español le ha ofrecido todo cuanto estaba a su alcance desde el estatus de refugiada, hasta la nacionalidad española, e incluso un piso. "Pero yo no quiero ser española; soy saharaui, y mientras mi tierra esté ocupada, el ocupante, Marruecos, tiene la obligación legal de darme un pasaporte", replica. "No hay que darle más vueltas".

Tuvo durante tres años (2006-2009) un pasaporte, gracias a las gestiones de la Embajada de EE UU en Rabat, hasta que la policía marroquí se lo quitó el 14 noviembre, pero, curiosamente, le dejó el carné de identidad. También posee una tarjeta de residencia en España concedida en 2006 para que pueda recibir atención médica.

El Gobierno -le insisto- ha intentado que usted vuelva. Incluso el 3 de diciembre subió a un avión español, junto con el director del gabinete del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, que debía volar desde Lanzarote a El Aaiún, pero no obtuvo la autorización política marroquí para aterrizar. "Son esfuerzos tardíos e insuficientes", objeta.

"El ministro español de Exteriores ha puesto hasta ahora más empeño en hacerme aceptar sus ofertas para que me quede aquí que en presionar a Marruecos para que vuelva", sostiene Haidar. "Y eso es para mí una gran decepción". Ni siquiera el timbre de los móviles que suenan a su alrededor la desconcentran cuando expone sus reivindicaciones. "Si quiere repasamos las teclas que puede tocar España para convencer a Marruecos", prosigue. "Por eso, si fallezco, el Gobierno español deberá asumir la responsabilidad moral del desenlace".

Hay algo, sin embargo, que hace más llevadera su huelga en España que la que mantuvo hace cuatro años en El Aaiún. "Los integrantes de la plataforma que me apoya ya no son amigos solidarios, ya son como mi familia", asegura Haidar. "Y después están todos aquellos miembros de la sociedad civil y políticos que me visitan y me dan ánimos". "Todos me ayudan a continuar".

A Haidar esos apoyos no le han extrañado, pero sí le sorprende agradablemente el eco que su reivindicación tiene en la prensa. "Eso sí que no me lo esperaba, que me dedicaran tanto espacio", recalca. "Hasta ahora los medios de comunicación no se ocupaban de nuestra causa, pero finalmente la han descubierto", se alegra. "¡Ya iba siendo hora!".

La independentista saharaui sospecha que, entre otras razones, la prensa hacía poco caso a los saharauis porque el Gobierno español estaba empeñado en sepultar el contencioso "para no molestar a Marruecos". "Moratinos no sólo ha dado la espalda al conflicto, sino que no ha movido un dedo en defensa de los derechos humanos en el Sáhara Occidental", se lamenta. "Se quiere olvidar que fue colonia española y que, según la doctrina de la ONU, España sigue ostentando la soberanía y la Administración, aunque no la pueda ejercer".

"Si España hubiese hecho los deberes en el Consejo de Seguridad, la Minurso [contingente de Naciones Unidas en el Sáhara] tendría competencias en materia de derechos humanos", asegura. "Y en consecuencia, habría evitado mi expulsión". "Con mi presencia aquí, España paga el precio de su inacción en foros internacionales como la ONU", sentencia. Creada en 1991, Minurso es la única fuerza de paz de Naciones Unidas cuyo mandato no abarca los derechos humanos.

"Pero mi caso es sólo la punta del iceberg de lo que sucede en el Sáhara", afirma. Alí Salem Tamek, "el vicepresidente de mi asociación de defensa de los derechos humanos (Codesa), lleva dos meses en la cárcel de Salé , junto con otros seis saharauis, por haber visitado los campamentos de refugiados de Tinduf" (suroeste de Argelia). "Todos ellos van a ser juzgados por un tribunal militar marroquí" por colaboración con el enemigo. Nunca, hasta ahora, durante el reinado de Mohamed VI, se habían sentado civiles en el banquillo de un tribunal castrense.

"Sabe que mis hijos, mi madre, mi hermano, mi familia viven en El Aaiún en casas cercadas por la policía marroquí", se indigna. "Es como si estuvieran sometidos a un arresto domiciliario colectivo y permanente". "Pero eso", se lamenta, "ningún Gobierno, ninguna institución pública lo denuncia en Europa".

Haidar está cansada. Una visitante se despide entregándole un regalo. "Es un dulce", bromea alguien en el cubículo. La activista pone cara de desconcierto. "No, es un perfume", precisa la mujer que le entrega el paquete, comprado en un aeropuerto de París. Haidar recupera su sonrisa: "Eso me gusta más".

http://www.elpais.com/est.pl?id=20091213elpdmgrep_1.Tes&fp=20091213&te=impresion&to=noticia&a=elpepusocdmg&k=1676619173.gif


viernes, 11 de diciembre de 2009

12 de Diciembre. Solemnidad de la Virgen de Guadalupe


Solemnidad de Nuestra Señora de Guadalupe.

¿No estoy aquí que soy tu Madre?

La celebración de nuestra Señora de Guadalupe, en el contexto de Adviento, también adquiere singular importancia, ya que su papel de madre e intercesora se ha manifestado no solo en el momento de la encarnación de Cristo, sino en momentos clave de la historia de cada pueblo.
Las lecturas de hoy están puestas para reflexionar acerca del papel de María en nuestra historia de Salvación. Concretamente en el texto de la carta a los Gálatas viene una referencia a María, quizá la más antigua del Nuevo Testamento. El tema que Pablo desarrolla en este pasaje de la escritura es el tema de la libertad cristiana y de someterse o no a la ley de Moisés. Gracias a la encarnación de Cristo, también nosotros alcanzamos la dignidad de hijos de Dios. Y esto fue posible, gracias a la aceptación de María como madre del salvador.
El texto del evangelio de Lucas contiene el episodio de la visita de María a su pariente Isabel, la cual ya estaba en el sexto mes de embarazo. No eran motivos de curiosidad, sino de caridad lo que movió para ir a ayudar a quien, en edad avanzada, había concebido a Juan el Bautista. Esta actitud es la que resalta hoy en esta fiesta de la virgen de Guadalupe, la de una madre preocupada por los demás, especialmente por los más débiles y afligidos. Asi pues, la presencia de María en nuestra historia de salvación, nos manifiesta esta misma cercanía y comprensión, como una Madre para con sus hijos.

La Solemnidad de hoy nos hace referencia al mes de diciembre de 1531, diez años solamente despues de la conquista de Tenochtitlan (la ciudad de Mexico) por los españoles, cuando la santísima Virgen se apareció al “indio” Juan Diego Cuauhtlatoatzin en el cerro del Tepeyac. Lo nombro su embajador ante el obispo, fray Juan de Zumárraga, para que le construyera un templo. La prueba de que las palabras de Juan Diego Cuauhtlatoatzin eran ciertas fueron las rosas que llevo en su tilma y la preciosa imagen que apareció dibujada en ella. He ahí la percepción de fe y tradición que todo mexicano tiene de la Virgen: María de Guadalupe es nuestra Madre.
El relato de las apariciones de Guadalupe (Nican Mopohua) resume y actualiza la importancia de María para nuestra fe en Jesucristo, especialmente en las tiernas palabras que dirigió a Juan Diego Cuauhtlatoatzin: “Oye y ten entendido, hijo mío, el mas pequeño, que es nada lo que te asusta y aflige. No se turbe tu corazón ni te inquiete cosa alguna. ¿No estoy yo aquí que soy tu madre?¿no estas bajo mi sombra?¿no estas por ventura en mi regazo?”

Reynaldo Román.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

DOMINGO TERCERO DE ADVIENTO




La alegría del Adviento

En este domingo tercero de Adviento la liturgia hace referencia a un ingrediente esencial del tiempo litúrgico que vivimos, y fundamental en la vida del cristiano: la alegría.

La alegría es característica esencial de toda fiesta. Y nuestra vocación eterna es a la fiesta de Dios con los hombres (el Reino de Dios). Nuestra mayor alegría siempre será experimentar la cercanía de Dios. Una persona es más feliz cuanto más cerca está de Dios. Y, por el contrario, las tristezas más profundas muchas veces tienen que ver con el estar lejos de Dios, que es la fuente de nuestra felicidad

Los designios definitivos de Dios sobre nosotros siempre son de alegría, de gozo. Los misterios dolorosos los hemos provocado nosotros, no Él. Esta alegría porque Dios está cerca es la que anuncia el ángel a María: "¡Alégrate!... "; La que hace saltar al Bautista, y llena el corazón de su madre Santa Isabel.


La alegría es, en cierto modo, un termómetro de nuestra vida espiritual... La alegría es tener a Jesús... y la tristeza es perderlo. Si estamos tristes, preguntémonos cómo andamos con Cristo, y si nuestros corazones no están acaso tibios y faltos de generosidad para con Él.


La Alegría del cristiano es totalmente distinta de las alegrías superficiales y mundanas, que no llenan el corazón, e incluso tantas veces lo dejan más vacío que antes. Cuando se busca la felicidad fuera del camino que lleva a Dios, al final sólo se halla infelicidad y tristeza. Fuera de Dios (o al margen de Él) no hay, no puede haber nunca alegría verdadera. Sin Dios estamos vacíos por dentro: es cuando nos da miedo, nos molesta y no aguantamos estar un rato "solos": escapamos de nosotros mismos, nos volcamos hacia cosas puramente exteriores, distraemos nuestra propia atención... Salimos, cuando todavía es temprano, buscando cosas o pasatiempos que nos pongan alegres... y volvemos, cuando ya es tarde, sintiendo que los gustos del mundo nos dejan vacíos de calma, de paz interior, de verdadera alegría.

La única alegría posible es la del corazón que encuentra a Cristo, y lo vuelve a encontrar cada día, de un modo profundo y siempre nuevo. El cristiano lleva esta alegría en sí mismo, porque encuentra a Dios en su alma en gracia. Su corazón es así un torrente de alegría, que salta hasta la Vida eterna.

Nuestra generación posee una particular sensibilidad para los valores estéticos, y particularmente por la belleza física: regímenes, dietas, cirugías, tratamientos, gimnasio...
Pero ¿qué pasa con la belleza interior? ¿Quién puede describirla? Cuando estamos en amistad con Dios, en gracia, cuando comulgamos, rezamos, y tenemos el Amor como norma de conducta, entonces Dios mismo es en nosotros fuente de alegría, de vida y de amor: es el hombre en paz consigo mismo, en relación fraternal con los demás y en armonía con todo el universo. ¿No es ésta la alegría de la Virgen María, llena de alegría con Dios, haciéndose hombre en su seno?
El Adviento es precisamente el tiempo para llenarnos de esta alegría.

Esta alegría es compatible con el dolor, la enfermedad, los fracasos, las contradicciones... "Yo les daré una alegría que nadie les podrá quitar" (Jn. 16,22). No es un "seguro de vida". No nos garantiza que "nada nos pasará". Pero sí nos asegura que en todo lo que nos toque vivir, Dios mismo, desde nuestro corazón, será nuestra fuerza, nuestro apoyo, nuestro consuelo, nuestra alegría...

No podemos esperar épocas sin contrariedades ni sufrimientos para ser felices. Nuestra alegría interior, nuestra vida interior, tiene que aprovechar estas situaciones para crecer en las virtudes, madurar... ser cada día un poco más dignos de nuestra vocación celestial [una vez más, miremos a Cristo... a María... a los santos...].

Y la verdadera alegría tiene un dinamismo especial: se hace más fuerte y profunda cuando se comparte con los demás...
Mientras preparamos interiormente esta Navidad, pensemos por un momento: ¿qué cuota de alegría podemos llevar para compartir con los excluídos, marginados, pobres, abandonados...?

Al celebrar, no podemos ni debemos dejar de lado la realidad de que celebramos entre los conflictos del mundo y las contradicciones de nuestra fe, ya que olvidarlo podría convertir en superficial e hipócrita nuestra celebración...

¿Cómo manifestar, celebrando, que nos hemos arrepentido de los pecados contra la unidad, de los pecados de intolerancia y de violencia, de la falta de discernimiento ante la violación de los derechos humanos, de la injusticia y de la marginación social?

El Evangelio hoy nos presenta a Juan Bautista, "testigo" de Cristo (saltó de alegría ya antes de nacer). Y el testigo habla no de “opiniones” o “ideas”, sino de lo que ha visto y oído... El mundo necesita hoy nuevos testigos de esta alegría de Salvación que viene de Dios, y para la que nos estamos preparando en este tiempo.


Como Juan Bautista, demos testimonio de Cristo; para que en esta Navidad la auténtica alegría cristiana (la del Emanuel, Dios con nosotros) renueve nuestros corazones y los de todos los hombres.


Reynaldo Román

"¿De qué sirve un acuerdo que destruye el mundo?"


"¿De qué sirve un acuerdo que destruye el mundo?"

Los países pobres cargan contra el borrador de Copenhague.- La ONU asegura que el borrador danés "no ha estado sobre la mesa de manera formal"

RAFAEL MÉNDEZ | Copenhague (Enviado especial) 09/12/2009

El portavoz de los países en desarrollo, el sudanés Lumumba Stanislaus Kaw Di Aping, ha arremetido contra el borrador del Acuerdo de Copenhague preparado por la presidencia danesa. "El primer ministro danés está desesperado pero no debería confundir su carrera política con un acuerdo a cualquier precio. Debe haber un punto intermedio entre la voluntad de los países ricos y los pobres", ha señalado el portavoz del G77 más China, que representa a los países en desarrollo. Éstos denuncian que el borrador está diseñado por y para los países ricos y acusan a Dinamarca de ponerse del lado de los países desarrollados en vez de buscar puntos de acuerdo entre los bloques: "Los países desarrollados tienen una responsabilidad histórica por haber dañado la atmósfera durante los últimos 200 años".
Aun así, Di Aping ha negado que se vaya a producir un boicoteo a las negociaciones como el que llevaron a cabo los países africanos en la reunión previa en Barcelona: "Esperamos que el sentido común y la sabiduría triunfen. Sabemos que entre los líderes de los países desarrollados habrá gente concienciada de este reto y que los ciudadanos de los países desarrollados preguntarán a sus líderes: ¿De qué vale un acuerdo que servirá para destruir el mundo? ¿Para qué sirve? ¿Cuáles son las implicaciones políticas y de seguridad para este siglo?".
El embajador sudanés, con su tono pausado para enfatizar las ideas, ha criticado hasta el objetivo de limitar el calentamiento a dos grados respecto a la era preindustrial: "Los dos grados centígrados es devastador para África. Déjenme que lea la siguiente frase del cuarto informe del IPCC: 'Las cuatro regiones de África y en todas las temporadas la temperatura aumentará entre tres y cuatro grados, aproximadamente 1,5 veces la respuesta global a la temperatura. Con dos grados eliges que África tiene que aceptar una subida de 3,5 grados. Además no hay base científica para los dos grados centígrados".
El secretario de la Convención de Naciones Unidas para el Cambio Climático, Yvo de Boer, ha restado importancia al borrador y ha sostenido que "es algo que no existe" y que "no ha estado sobre la mesa de manera formal". De Boer ha asegurado en una breve comparecencia ante la prensa que "un grupo de países considera que ese borrador no está equilibrado. La gente lo ve como un documento que no quiere que sea la base de la negociación".

martes, 1 de diciembre de 2009

La vida no es cuestión de VOLUNTARISMO.


Una interesante y profunda reflexión enviada por un amigo y que nos pone a pensar sobre nuestra vida religiosa.

La vida no es cuestión de VOLUNTARISMO.



En otro tiempo me pensaba que todo se podría conseguir con esfuerzo y voluntad. Ahora, cuando los años se van acumulando, los esfuerzos son muchos, las fuerzas disminuyen y uno mismo se va dando cuenta que la voluntad propia no coincide con las voluntades ajenas... acabas por claudicar y decir ¡Qué más da!


Hace ya muchos años el sentimiento religioso me llevaba a pensar que Dios, el Dios Único vivo y verdadero, era tan exigente que si no hacías lo que tú pensabas que él quería, tu vida carecía de sentido y de plenitud, pues en el “más allá” no ibas a encontrar la paz definitiva. Ahora pasados y vividos los años, en un gran voluntarismo, descubres que ese Dios ni es juez, ni es un castigador terrible, pero además que tú no sabes ni sabrás nunca lo que El quiere de ti, ni lo que te tiene reservado en este pobre mundo. Por lo que mucho menos lo que pasará en el “más allá” En fin, que lo más cierto es que tú eres quien debe saber cómo llegar a ser feliz y eso es precisamente lo que él quiere de ti, que llegues a la Felicidad.


Pero claro, tuvimos la “suerte” de nacer en un ámbito social: familia, pueblo, colegio, nación, religión... y todo eso va marcando tu esencia- tu mismeidad- tu y tus circunstancias que diría el filósofo con tanto acierto... y vas dando pasos y haciendo la vida y proponiendo principios y virtudes que has aprendido, y el esfuerzo es tanto que hasta te cansas de ser un ”niño bueno” y te dejas llevar por el corazón. ¡Ay corazón, corazón, con tantísimas razones y sin ninguna razón! Esto lo aprendí allá por los 70 de un amigo que me hizo un estudio grafológico que me supongo que estará por algún rincón entre los miles de papeles acumulados desde entonces. Y es que en los 70 mi corazón latía con mucha fuerza, se enamoraba con mucha facilidad no sólo de la idea de Dios, ni de la Persona de Jesús, sino también de otras muchas, ¡cuántas personas...! Ana María, Merche, Maika, Margarita… algunas de manera especial, unas y unos, porque el corazón no entiende de razones, ni de tendencias amorosas. Juan, Mauro, Miguel…Y hoy cumplidos los cincuenta, pasadas las crisis de los 40 se acumulan o se liberan los sentidos. Y cuantos nombres y personas ocupan cada día este pobre corazón. ¡...y sin ninguna razón!


¡Dios mío! y todo sin sentir remordimiento alguno y no por que la conciencia haya cambiado que también será, sino y sobre todo porque el amor es lo único que cuenta en esta vida y eso lo aprendo cada día de ese maestro que es El. Y el amor encarnado, y el amor apasionado, y el amor personalizado. No creo que sea posible otro amor, ni el platónico, ni el ideal, ni el espiritual siquiera. ¿Y cómo seguir en esta vida llena de intríngulis cuando vas descubriendo que hay diferentes atajos y que todos forman el camino, el gran camino de la vida?


Señor, estoy en el año 29 desde que aquel 29 de junio nos dijeran, a mi y a otros compañeros, “sacerdote sempiterno”, y de una u otra manera ese afán de servir, de ser sincero y honesto, de vivir la entrega plena, de seguir el consejo del Maestro “no he venido para ser servido”, y desde el primer momento las dudas, ¿seré capaz?, y esto de asumir la soledad... y entraste en una comunidad religiosa esperando que esa sustituya un poquito tus ansias de amar, de compartir, de dar y de darte... y los años pasan y las incomprensiones aumentan, y te sientes obligado por la urgencia de ese llamado del Maestro. ¡Ay de mí si no lo hago! Y te esfuerzas, y gritas y parece que tus gritos molestan y por eso no son escuchados, y te van empujando y dejándote fuera del círculo hasta que un día dices. Hay otros círculos, y parece que también ahí dudas, te equivocas... Al fin uno mismo, así mismo, tiene que asumir su mismeidad, su soledad, su intimidad más profunda, lo demás es engañarse para dejar pasar el tiempo.


Y en medio de esto Tú, Señor, el ABSOLUTO, pero aunque tantas veces te has manifestado otras tantas te ocultas y me dejas en esa total soledad, me haces decir sí desconfiando, me dices que estas cerca y tú te escondes... Dios mío que mundo este, ¡qué complicado es todo! ¿Y por qué me regalaste este corazón desbocado, desmedido, descerebrado?


Y profesas unos votos de:

Pobreza y te gusta estar con los pobres y lo intentas, pero siempre aparece la disculpa y al lado del rico te sientes mejor, te trata mejor, te hace la vida más fácil, y tú te disculpas diciendo todos somos iguales, estos también me necesitan, y te hacen regalos y te compran, y los disculpas y dices ¡que generosos son! Y tú administras lo que te dan, porque te han dado la confianza para hacerlo...


Castidad, y cada día te preguntas qué sentido tiene y es que no lo encuentras, y es que no lo hay. Cuanto más amas, más amas. ¡Qué duda cabe! Y amar sólo se puede excluyendo te enamoras de uno y no de otro, rechazas visceral mente a unos y te sientes encantado con los otros.


Obediencia, ¿a quién? ¿Por qué? Si no tienen razón, si dicen una cosa y hacen otra, si se han dejado llevar por el poder, si las estructuras sólo quieren conservarse y mantenerse. ¡Si, si, si! Siempre encuentras razones para decir no, eso no, están equivocados. Y hablas y no te escuchan, y acabas diciendo, bueno pues sigo y haré lo que me parezca porque a nadie le importa lo que haga. Y ves que estás en una congregación pero que también podría ser un partido político o un club deportivo. Obediencia ¿a quién? A Él. Al evangelio... ¡Que difícil! ¡Qué exigente! Y si luego, total qué más da si cada uno hace lo que quiere, diciendo que se lo han mandado... ¿Y los criterios evangélicos? ¿Y las decisiones de los Capítulos Generales? Y aquellas asambleas donde se podía decir hacia dónde queremos caminar...


Y pasan los años y los días y la vida. Y ya son 29 y 34 y 46 y gracias a Dios no sabemos cuántos faltan para llegar a la Meta, al “más allá definitivo”. Seguiremos creciendo en la duda.


Dedicado a Rey

Madrid, noviembre de 2009.