viernes, 29 de julio de 2011

PASTORAL PENITENCIARIA


ENTRE REJAS
Rara es la persona que no se conmueve cuando oye hablar de cárceles, prisiones, detenciones,
penitenciarias, calabozos.
Nos viene a la mente lugares tristes, a veces sucios, oscuros, y peligrosos. Tanto el cine como abundantes novelas nos han presentado unas visiones totalmente distorsionadas de las prisiones.
Son lugares donde residen seres humanos que, viviendo circunstancias límite en sus vidas faltaron a sus deberes ciudadanos haciendo daño a otros.
Y nuestra sociedad, esa sociedad muchas veces cínica e injusta, separa del vivir habitual a esos seres humanos.
Los llamamos presos y los consideramos casi siempre que son mala gente. Puede que en tanta prisión haya alguna mala gente.
Pero dígame una cosa, José, el hijo de Jacob, quien estuvo en prisión por negarse a los Caprichos de una mujer ¿era mala gente?
Sansón, el héroe bíblico terror de los filisteos, ¿era mala gente porque estuvo en la cárcel?
Pedro, el amigo de Jesús, quien traiciona a su maestro,
fue encarcelado en Jerusalén y por eso ¿era mala gente?
O el mismo Saulo de Tarso, el fariseo fanático, quien cambiara de nombre y lo conocemos ahora como San Pablo, ¿era también mala gente? Y por último Juan El Bautista, podríamos decir que fue preso político, ¿también era malo? Todos ellos estuvieron algún momento encarcelados.
Podríamos citar infinidad de nombres de seres humanos quienes por una razón u otra pasaron por una celda en algún momento de su vida.
¿Por qué les cuento estas historias? Pues muy sencillo, porque en Descubriendo el Siglo XXI hemos llegado a la conclusión que no es suficiente hablar de los presos, rezar por ellos, tener un saludito de vez en cuando en nuestros programas.
Necesitan sentirnos, necesitan nuestra cercanía. En base a eso he decidido irme a la cárcel a acompañar a nuestros hermanos "Privados de Libertad". Después de largos trámites he logrado la autorización del Estado de New York para visitar como capellán voluntario nuestros hermanos "Privados de Libertad" y que viven en el sistema carcelario de la ciudad. No sé qué cárcel me asignarán. Espero saberlo pronto.
Ah, pero eso sí, no voy solo. Iré, si Dios .
quiere, con todos ustedes. Voy a ser su presencia entre nuestros hermanos. Vamos a ponerlo de esta otra manera: Descubriendo el Siglo XXI abre un nuevo frente en su trabajo con la comunidad, la presencia física en los correccionales. Para ello manda al Padre Tomás a la cárcel para acompañar a los hermanos "Privados de Libertad". No hacemos nada extraordinario. Tratamos de poner en práctica las obras de misericordia y de vivir el evangelio: Estuve en la cárcel y vinieron a verme. ¿Cuento con ustedes? ¿Con sus oraciones? También pueden ayudarme con su apoyo económico para conseguir biblias, rosarios, libritos de oración, etc. Con su cariño?
Descubriendo El Siglo XXI
Padre Tomás Del Valle-Reyes
330 West 38 Street Suite 503
New York, NY 10018
Tel-212-244-4778

No hay comentarios:

Publicar un comentario