viernes, 30 de abril de 2010

Quinto Domingo de Pascua


EL MEJOR DESEO

El libro de los Hechos nos sigue presentado el éxito misionero de Pablo y Bernabé entre los gentiles, pues “Dios les había abierto la puerta a los no judíos para que también ellos pudieran creer” (v.27). Sus desvelos misioneros serían fuente de esa propagación del Evangelio que, extendiéndose a lo ancho del mundo “gentil”, llegaría hasta nosotros.
Por su parte Juan, el vidente de Patmos, alienta nuestra esperanza con su magnífica visión de “un cielo nuevo y una tierra nueva”, como la gran meta de nuestros esfuerzos por transformar las realidades de muerte que nos rodean y redimir al mundo con la fuerza vital arrolladora del Resucitado. Una nueva realidad de justicia, paz y amor fraterno habrá de traer “la nueva Jerusalén que descendía del cielo enviada por Dios y engalanada como una novia”. Es la esperanza maravillosa que podemos enarbolar frente a los catastrofistas que nos amenazan con una destrucción inexorable del mundo, sobre la base de supuestas profecías que en nada se condicen con las promesas de la Nueva Alianza que Cristo ha sellado con su pasión y su triunfo sobre la muerte. “Esta es la morada de Dios con los hombres –señala un entusiasmado Juan-; acampará entre ellos. Serán su pueblo, y Dios estará con ellos. Enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor. Porque el primer mundo ha pasado. El que estaba sentado sobre el trono dijo: Ahora hago el universo nuevo”.
El evangelio nos presenta unos cuantos versículos del gran discurso de despedida de Jesús en la noche de la Cena, donde el Maestro entrega su testamento espiritual a los discípulos: el gran mandato del amor como signo visible de la adhesión de sus discípulos a él y de la vivencia real y afectiva de la fraternidad. El mundo podrá identificar de qué comunidad se trata si los discípulos guardan entre sí este mandato del amor. Jesús rescata la Ley, pero le pone como medio de cumplimiento el amor; quien ama demuestra que está cumpliendo con los demás preceptos de la Ley. Es posible que en la comunidad primitiva se hubiera discutido cuál debía ser su distintivo propio e inequívoco. Para eso apelan a las palabras mismas de Jesús. En un mundo cargado de egoísmo, de envidias, rencores y odios, la comunidad está llamada a dar testimonio de otra realidad completamente nueva y distinta: el testimonio del amor.
A los amigos, a los seres queridos, a los que apreciamos de veras les deseamos siempre lo mejor; volcamos hacia ellos nuestros mejores deseos. Eso manifestó Jesús con sus discípulos. Jesús desea para sus discípulos la riqueza más grande, la convivencia más feliz: el amor. Donde hay Dios ahí está la paz. Será más clara de que somos sus discípulos de verdad, sin falsificaciones, sin hipocresías. Amarnos los unos a los otros como él nos amo.
Una de las principales causas por las que tantos cristianos abandonan la Iglesia radica justamente en la falta de un testimonio mucho más abierto y decidido respecto al amor. Con mucha frecuencia nuestras comunidades son verdaderos campos de batalla donde nos enfrentamos unos contra otros; donde no reconocemos en el otro la imagen de Dios. Y eso afecta la fe y la buena voluntad de muchos creyentes. Por cierto, no se trata de que nuestras comunidades y agrupaciones sean totalmente ajenas al conflicto, no; el conflicto es necesario en cierta medida, porque a partir de él se puede crear un ambiente de discernimiento, de acrisolamiento de la fe y de las convicciones más profundas respecto al Evangelio; en el conflicto –llevado en términos de respeto y amor cristiano mutuo- aprendemos justamente el valor de la tolerancia, del respeto a la diversidad, y el mejoramiento de nuestra manera de entender y practicar el amor. Del conflicto así entendido -inevitable donde hay más de una persona-, es posible hacer el espacio para construir y crecer. Para ello hacen falta la fe, la apertura al cambio y, sobre todo, la disposición de ser llenados por la fuerza viva de Jesús. Sólo en esa medida nuestra vida humana y cristiana va adquiriendo cada vez mayor sentido y va convirtiéndose en testimonio auténtico de evangelización.

Reynaldo Rodrigo Roman-Diaz.SVD

domingo, 25 de abril de 2010

Impactos Ambientales y Actividades Productivas

Minería a cielo abierto

Descripción del ámbito de actividad


La minería a cielo abierto abarca las formas más variadas de extracción de materias primas minerales de yacimientos cercanos a la superficie. Para ello se quita completamente el recubrimiento estéril y se extrae el material útil. Atendiendo a las propiedades físicas del material en bruto y a las características específicas del terreno, se utilizan diversos métodos de explotación.

La extracción en seco es similar para minerales sueltos y consolidados, con la diferencia de que estos últimos deben ser arrancados primero de la roca. Luego, al igual que en la explotación de materiales sueltos, serán cargados, transportados y procesados mecánicamente. Las minas a cielo abierto que se explotan en seco deben ser desaguadas.

En la explotación por vía húmeda, las materias primas sueltas se extraen mecánica o hidráulicamente y se transportan de la misma forma para su procesamiento. La mayoría de estas plantas de extracción se instalan directamente en el agua, y constan a menudo de plataformas flotantes en cauces de ríos o en lagos artificiales.

Las explotaciones mineras ubicadas en la plataforma continental extraen materiales sueltos de yacimientos aledaños a la costa, llamados placeres marinos. Al igual que en la explotación por vía húmeda, el material se extrae y transporta por vía mecánica o hidráulica.

La minería submarina de profundidad tiene por objetivo extraer materias primas del fondo marino. Puede cobrar importancia en el futuro, pero no se analizará en detalle en las páginas siguientes.

Las técnicas de explotación mencionadas se aplican a distintos tipos de yacimientos.

http://www.estrucplan.com.ar/Imagenes/bolita11.gifMinería a cielo abierto: Métodos de explotación y principales materias primas extraídas

Minería en rocas consolidadas

Minería en rocas sueltas

extracción en seco

extracción en seco

extracción en húmedo

En tierra

En plataforma continental

Bloques de construcción

Diamantes

Piedras preciosas

Feldespato

Yeso

Caliza / materias primas para la fabricación de cemento

Minerales metálicos (cobre, hierro, plata, estaño)

Esquisto bituminoso

Hulla

Menas de uranio

Lignito

Diamantes

Oro

Caolín

Fosfatos

Arena, grava

Minerales pesados (ilmenita, rutilo, minerales de tierras raras, circón)

Arcilla

Casiterita

Diamantes

Oro

Minerales pesados

Casiterita

Arena, grava

Diamantes

Minerales pesados (ilmenita, rutilo, circón, monacita)

Casiterita

La dimensión de las explotaciones a cielo abierto varía según las características de los yacimientos y las técnicas de minería utilizadas. En las minas terrestres podemos encontrar desde explotaciones de un solo minero en una superficie muy reducida hasta explotaciones en gran escala con un diámetro de varios kilómetros, pasando por dimensiones intermedias. Dado que la minería marina exige una técnica costosa y compleja, su dimensión siempre es mínima.

La minería está ligada siempre a la ubicación del yacimiento, lo cual puede implicar un conflicto de intereses en lo que respecta al uso del terreno (establecimiento o ampliación de una explotación minera, por una parte; uso del terreno para otros fines, por otra). Además, puede darse la necesidad de construir primero la infraestructura requerida para las actividades mineras. Las actividades mineras a cielo abierto difícilmente pueden separarse del procesamiento de las materias extraídas, el cual suele realizarse directamente en el lugar de la extracción.

Impacto ambiental y medidas de protección

El impacto ambiental de las operaciones de minería a cielo abierto depende en gran medida del tipo de proyecto. Debido a ello, se hará una distinción entre los efectos ambientales de cada proyecto y las medidas destinadas a contrarrestarlos.

Posibles efectos ambientales de la minería a cielo abierto

Independientemente del tipo de proyecto, los efectos ambientales de la minería a cielo abierto dependen siempre de la extensión y de la ubicación del terreno explotado, sobre todo en lo que respecta a las condiciones climáticas, regionales y de infraestructura. En los siguientes puntos hemos clasificado los efectos potenciales según el método de extracción de materias primas, a fin de facilitar la comprensión.

Minería a cielo abierto: Métodos de explotación y principales efectos ambientales

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EXTRACCION EN SECO

EXTRACCION EN HUMEDO

EXTRACCION EN LA PLATAFORMA CONTINENTAL

EXTRACCION MARINA DE PROFUNDIDAD

Superficie terrestre

Devastación de superficies; alteración de la morfología; peligro de derrumbes en frentes de arranque; destrucción de bienes culturales

Devastación de superficies, modificación de la morfología y del curso de los ríos; formación de grandes escombreras

Modificación de la morfología del suelo marino; erosión costera

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Aire

Ruido y vibraciones en general, ruido y vibraciones de detonaciones; formación de polvo por tráfico y erosión; humos (incl. humos de escombreras autoinflamadas); vapores de voladura, gases nocivos

Ruido producido por equipos generadores de energía, trabajos de extracción, tratamiento y transporte; gases de escape

Ruido; gases de escape

Ruido; gases de escape

Aguas superficiales

Alteración del ciclo de nutrientes (posible eutrofización); contaminación con aguas residuales; contaminación causada por una intensificación de la erosión

Desnitrificación; contaminación del cauce receptor con grandes cantidades de aguas residuales lodosas y/o con aguas residuales contaminadas

Enturbiamiento; incremento de la demanda de oxígeno; contaminación con aguas residuales

Enturbiamiento; incremento de la demanda de oxígeno; contaminación con aguas residuales

Aguas subterráneas

Descenso del nivel freático; deterioro de la calidad de las aguas subterráneas

Alteración del balance hídrico y de la calidad de las aguas subterráneas

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Suelo

Erosión en la zona de explotación; disminución del rendimiento, desecación, hundimiento del suelo, peligro de empantanamiento tras el restablecimiento del nivel freático, erosión

Erosión en la zona de explotación

Modificación del suelo marino y reducción de nutrientes en el mismo

Reducción de nutrientes en el suelo marino

Flora

Destrucción de la flora en el área de explotación; destrucción parcial/alteración de la flora en el área circundante debido a cambios del nivel freático

Destrucción de la flora en el área de explotación

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Fauna

Desplazamiento de la fauna

Desplazamiento de la fauna

Destrucción de organismos marinos inmóviles (corales)

Destrucción de organismos marinos inmóviles (corales)

Población

Conflictos relacionados con el uso del suelo; establecimiento o desarrollo de asentamientos a raíz de las actividades mineras, destrucción de zonas de recreación

Conflictos relacionados con el uso del suelo; conflictos sociales en períodos de auge, establecimiento o desarrollo de asentamientos debido a las actividades mineras

Deterioro de la pesca (destrucción de zonas de desove)

Deterioro de la pesca (destrucción de zonas de desove)

Edificaciones

Daños causados por el agua tras restablecer el nivel freático

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Otros

Posible modificación del microclima

Modificación del microclima; proliferación de agentes patógenos y vectores en aguas estáticas

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Minería a cielo abierto con extracción en seco

La minería a cielo abierto abarca la extracción en rocas sueltas y en rocas consolidadas. En los capítulos siguientes se hará referencia, en caso necesario, a las repercusiones específicas de cada tipo de extracción. Los efectos sobre el medio ambiente han sido clasificados en efectos físicos, biológicos y sociales.

http://www.estrucplan.com.ar/Imagenes/bolita21.gifEfectos físicos

La extracción de un recurso natural no renovable constituye el mayor efecto ambiental de la minería a cielo abierto. Además de la extracción de la materia prima en sí, deben tenerse en cuenta la destrucción de partes del yacimiento, así como la imposibilidad de aprovechar todo el material útil debido a pérdidas durante la explotación, al abandono de pilares y de segmentos del yacimiento no rentables y a la sobreexplotación. En la extracción de materias primas gasificables e inflamables (por ejemplo, carbón y turba) pueden destruirse recursos a consecuencia de incendios latentes de mantos.

Las explotaciones a cielo abierto llegan a abarcar superficies extensas. Además de la mina en sí, las explotaciones incluyen escombreras externas que, en explotaciones profundas en rocas consolidadas (por ejemplo, explotaciones a cielo abierto de menas), llegan a tener grandes dimensiones. A ello se suman los vertederos para los residuos del procesamiento, que en el caso de menas con bajo contenido metálico también requieren una gran superficie, y las superficies de infraestructura (complejos de viviendas para los mineros, suministro de energía, vías de transporte, talleres, oficinas administrativas, plantas de tratamiento, etc.). En vista de que las actividades mineras se realizan necesariamente en el propio yacimiento, su ubicación y dimensiones son el resultado de las características geológicas del depósito y de las rocas encajantes. Dado que la explotación a cielo abierto conlleva una alteración significativa de la corteza terrestre, debe ponderarse a fondo desde un comienzo si la explotación es tolerable en las condiciones dadas.

La explotación minera a cielo abierto tiene el doble efecto de eliminar las capas superiores del suelo en algunos lugares (extracción) y de cubrirlas en otro (establecimiento de escombreras). En la mayoría de los países industrializados existen disposiciones que regulan el manejo del suelo cultivable de la superficie terrestre. Según ellas, antes de iniciar las labores de minería a cielo abierto, el suelo cultivable debe ser transportado a otro sitio y almacenado temporalmente. Además, pueden existir disposiciones que regulen la reconstitución del suelo y el restablecimiento de condiciones de cultivo en áreas de relleno.

La preparación de la mina y el establecimiento de escombreras externas y vertederos son actividades que alteran temporalmente la morfología superficial del suelo. Además, al restaurar la capa vegetal en tajos abandonados, quedan depresiones, cuyo tamaño depende del volumen de material extraído durante la explotación y que constituyen una alteración morfológica permanente del suelo. Los tajos en rocas consolidadas producen alteraciones especialmente importantes, pues suelen tener una pendiente pronunciada y muchas veces -por ejemplo, en las canteras- carecen de material para el relleno. La extracción en rocas sueltas produce cambios morfológicos debido, por una parte, a las escombreras exteriores que reciben los desmontes durante la exploración de la mina, y, por otra, al hundimiento del suelo provocado por el desagüe.

La minería a cielo abierto interviene además en el régimen de aguas superficiales mediante la captación y la canalización de corrientes de agua. Las obras se extienden tanto al perímetro de la mina como a las superficies de explotación, y tienen por finalidad proteger la mina contra flujos de aguas superficiales y subterráneas. Los cauces de los ríos son desviados alrededor de la mina, mientras que el agua superficial acumulada, proveniente de precipitaciones o del drenaje de taludes, se recoge en estanques y se vierte en la red hídrica natural. Estas medidas pueden aumentar la carga de sedimentos y modificar la composición química del agua, pudiendo deteriorar la calidad del agua en el cauce receptor.

La minería a cielo abierto en rocas sueltas altera el balance hídrico de las aguas subterráneas, pudiendo deteriorar la calidad de éstas (infiltración de aguas residuales contaminadas) o producir efectos de lixiviación en las escombreras y en la mina misma. En muchos casos se hace necesario bajar el nivel de las aguas subterráneas para evitar que éstas penetren en el tajo. Esto se hace mediante pozos abiertos, ubicados dentro y alrededor de la explotación, los cuales hacen descender el nivel del agua por debajo del piso inferior de la mina. Ello permite explotar la mina en seco y reduce la presión sobre los frentes inclinados y el piso, garantizando la estabilidad de éstos. Por lo general, el agua de los pozos no está contaminada y puede evacuarse directamente en las aguas superficiales. La reducción del nivel freático en el entorno de la mina tiene consecuencias significativas, entre las cuales deben mencionarse especialmente:

http://www.estrucplan.com.ar/Imagenes/bolita11.gifDesecación de pozos en los alrededores

http://www.estrucplan.com.ar/Imagenes/bolita11.gifHundimientos del terreno

http://www.estrucplan.com.ar/Imagenes/bolita11.gifDesequilibrios en la vegetación causados por cambios en las aguas subterráneas.

Al finalizar la explotación a cielo abierto, las depresiones creadas por la extracción del mineral y de las masas de estéril durante el descapotado se llenan hasta el nivel freático y se convierten en lagos, los cuales se alimentan generalmente de aguas subterráneas. El acuífero recupera su nivel de acuerdo a la profundidad del tajo y las condiciones hidrogeológicas. La recuperación puede ser muy lenta, y en ciertos casos dura más de 50 años. Además, si la zona de contacto entre agua y suelo contiene sustancias solubles, o si se han depositado en el suelo cenizas de una planta térmica o residuos industriales, puede deteriorarse la calidad del agua. El problema más difundido en este contexto es el de un pH demasiado bajo del agua lacustre. La falta de afluentes y efluentes agudiza el problema y favorece la eutrofización, sobre todo cuando las áreas colindantes están sometidas a una explotación agrícola intensiva.

Las labores de explotación son, además, una fuente de contaminación acústica, debido a las máquinas y equipos necesarios para arrancar, cargar, transportar, transferir y realizar otras operaciones con el mineral. Las barrenas y los explosivos son fuentes adicionales de contaminación acústica cuando el mineral se extrae de rocas consolidadas. Además del ruido de las voladuras, las vibraciones producidas por éstas contaminan el medio ambiente de forma dinámica, constituyen una molestia para las poblaciones vecinas y causan daños a construcciones.

Por último, las explotaciones a cielo abierto contaminan la atmósfera. Las causas y efectos de ello son muy diversos:

http://www.estrucplan.com.ar/Imagenes/bolita11.gifLa contaminación atmosférica es producida, por una parte, por la voladura de rocas, cuyo polvo es dispersado por las explosiones. Otra fuente de contaminación con polvo son las partículas de materiales expuestos, las cuales son levantadas y arrastradas por el viento, sobre todo durante las labores de carga, transferencia y vertido.

http://www.estrucplan.com.ar/Imagenes/bolita11.gifLa contaminación atmosférica causada por gases puede ser consecuencia de las emisiones de escape de vehículos y motores (que generalmente consumen combustible diesel), así como de los vapores de voladura. En las explotaciones a cielo abierto de carbón, existen también otros peligros ligados a las características del yacimiento: por una parte, al extraer carbón de grandes profundidades puede desprenderse metano; por otra, los incendios provocados por la combustión espontánea del carbón pueden liberar gases tóxicos.

http://www.estrucplan.com.ar/Imagenes/bolita11.gifEn las explotaciones a cielo abierto de carbón, un clima seco y caliente representa un considerable peligro de incendio, pudiéndose producir la combustión espontánea del carbón expuesto en los pisos de la mina o en los puntos de carga y transferencia.

http://www.estrucplan.com.ar/Imagenes/bolita11.gifEn los vertederos de desmonte o de relave con bajo contenido en carbón, la inflamación espontánea puede provocar incendios latentes (sin llama) difíciles de apagar. Este tipo de incendios puede contaminar el medio ambiente con malos olores y gases tóxicos durante años e incluso décadas.

http://www.estrucplan.com.ar/Imagenes/bolita11.gifEn casos especiales, por ejemplo cuando se explotan yacimientos de uranio o de pegmatitas en tierras raras, puede producirse contaminación radiactiva.

http://www.estrucplan.com.ar/images_contenidos/icono_impresora.gif

http://www.estrucplan.com.ar/Imagenes/bolita21.gifEfectos biológicos

Para extraer materias primas a cielo abierto es necesario eliminar las capas cobertoras, dejando el yacimiento completamente al descubierto. Como consecuencia, se destruye la flora en la zona de extracción, así como en las escombreras y en las diversas instalaciones de infraestructura de la mina.

La fauna, por su parte, es desplazada de la zona minera debido a la destrucción de su hábitat natural.

Los ecosistemas acuáticos sufren los efectos de una alteración de la calidad y la cantidad de las aguas superficiales, mientras que las zonas húmedas reaccionan ante los cambios del nivel freático (empantanamiento, descenso del nivel freático o sumersión causada por el restablecimiento del nivel freático original). Sobre todo los sistemas ecológicos frágiles en ubicaciones extremas son degradados a largo plazo o destruidos.

Los ecosistemas terrestres -por ejemplo, los que dependen de aguas subterráneas- también se ven afectados por la explotación minera. Después de abandonar la mina el terreno sufre una modificación irreversible, a pesar de las medidas de recultivo. La modificación se debe a los cambios físicos y químicos del suelo, a cambios en los recursos hídricos y a otros factores que conducen al establecimiento de comunidades vegetales y animales distintas a las originales.

http://www.estrucplan.com.ar/Imagenes/bolita21.gifEfectos sociales

Debido a la magnitud de las explotaciones y a la necesidad de ubicar éstas en el lugar del yacimiento, la minería a cielo abierto tiene un fuerte impacto sobre el entorno humano. Las consecuencias más comunes de la explotación son:

http://www.estrucplan.com.ar/Imagenes/bolita11.gifLa necesidad de reubicar a los habitantes de la zona a ser explotada. La explotación a cielo abierto no sólo exige la reubicación de poblaciones, sino también de vías de transporte y de comunicación. A los daños económicos se suman repercusiones sociológicas y culturales, las cuales son especialmente pronunciadas cuando la población se encuentra arraigada en un espacio vital reducido o está aferrada a sitios sagrados o de importancia religiosa, así como a estructuras tribales, soberanías territoriales, etc.

http://www.estrucplan.com.ar/Imagenes/bolita11.gifConflictos relacionados con el uso del suelo. Estos surgen a menudo cuando existen explotaciones agrícolas y forestales en el terreno a ser explotado o cuando se encuentran en él monumentos culturales importantes, zonas de recreo, etc., que serían destruidos o afectados por la explotación minera.

Las explotaciones a cielo abierto pueden ocasionar la pérdida de terrenos de uso agrícola, debido, entre otras cosas, a su extensión o a la degradación de la flora y la fauna. Esto implica, a su vez, la eliminación de fuentes de ingresos y, en casos extremos, el reasentamiento de poblaciones enteras. Por lo tanto, antes de iniciar el proyecto, será necesario examinar la situación en conjunto con la población, a fin de identificar las consecuencias y repercusiones que tendrá el proyecto para los diversos grupos sociales, sobre todo para las mujeres. Asimismo, será necesario determinar si las mujeres podrán participar adecuadamente de las ventajas económicas generadas por la explotación minera.

La minería, por otra parte, puede producir riesgos sanitarios para los mineros y para las personas que viven en los alrededores.

Por último, la dotación de infraestructura minera puede provocar el establecimiento o el desarrollo incontrolado de asentamientos.

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Medidas para limitar el impacto ambiental de la explotación minera a cielo abierto

A continuación, se presentan algunas opciones técnicas encaminadas a limitar los efectos ambientales. Estas han sido clasificadas en medidas previas, paralelas y posteriores a las actividades mineras. La experiencia indica que para reducir los efectos ambientales se requiere un marco institucional adecuado, así como disposiciones apropiadas cuyo cumplimiento y control deben estar garantizados.

Medidas previas a las actividades mineras

La medida preliminar más importante consiste en determinar el estado actual del medio ambiente, a fin de tener un punto de referencia para medir los posteriores efectos ambientales. Deben tenerse en cuenta los monumentos culturales e históricos, los suelos, la calidad y el volumen de las aguas superficiales y subterráneas, así como la flora, la fauna, el uso del suelo, etc.

Antes de explotar placeres marinos debe hacerse un inventario de la flora y de la fauna marinas y determinar las corrientes de agua, la pendiente del lecho marino, etc.

La planificación exacta de las operaciones permite limitar considerablemente el impacto ambiental, incluso antes de iniciar las actividades mineras. Un cronograma adecuado de operaciones permite, por ejemplo, archivar y conservar los hallazgos arqueológicos, talar madera útil en la zona de explotación y limitar el tiempo que permanece destapada la mina. De la misma forma, mediante la separación cuidadosa y el almacenamiento por separado del humus y de los horizontes superiores del suelo, es posible asegurar el material necesario para la recuperación posterior del área de explotación. Un desagüe localizado y efectuado correctamente en etapas, en conjunto con nuevas técnicas de drenaje o medidas de sellado, contribuye a minimizar los efectos producidos por el descenso del nivel de las aguas subterráneas.

La población afectada que sufre los efectos directos o indirectos de la minería (por ejemplo, reasentamiento o consecuencias del deterioro de la actividad pesquera) debe participar en las decisiones importantes de la planificación, a fin de tener la oportunidad de defender sus intereses y prevenir posibles tensiones sociales. Es sumamente importante obtener una participación adecuada de los grupos afectados y de las autoridades locales en la planificación y ejecución de medidas de reasentamiento, pago de indemnizaciones y eventual retorno a las antiguas propiedades.

Finalmente, antes de iniciar las labores de minería, debe realizarse una campaña de capacitación y sensibilización en materia de protección ambiental y salud, dirigida a los encargados de la toma de decisiones y a quienes participan en las actividades mineras.

Medidas paralelas a las actividades mineras

A fin de reducir al mínimo la superficie de explotación, el material estéril debe depositarse en vertederos internos; es decir, en los espacios abiertos por la explotación.

Para reducir el nivel de ruido durante las labores, deben usarse dispositivos silenciadores en los equipos. Algunas máquinas pueden aislarse completamente con revestimientos antirruido o dotarse de tubos de escape y silenciadores especiales. Además, los mineros pueden protegerse individualmente, por ejemplo mediante el uso de protectores para los oídos. Finalmente, es posible limitar los períodos durante los cuales se emite ruido, por ejemplo realizando voladuras una sola vez por día. La construcción de barreras antirruido puede reducir además la difusión de ondas sonoras en los alrededores de las fuentes emisoras.

El uso óptimo de explosivos reduce considerablemente las emisiones de ruido y de polvo provenientes del arranque de rocas consolidadas. La planificación óptima de las voladuras (cantidad de explosivos, adecuación de la red de perforación y taponado de perforaciones cargadas) permite reducir la cantidad de explosivos, limitando de esta manera la potencia de las vibraciones, la dispersión de partículas ultrafinas y el ruido causado por la detonación.

Otras medidas individuales, tales como el humedecimiento de caminos, el lavado del equipo de transporte (por ejemplo, de camiones), la aspersión y el restablecimiento de la cubierta vegetal en las escombreras y demás superficies expuestas así como el uso de aglomerantes contribuyen a evitar las emisiones de polvo en las explotaciones. Además, se pueden insonorizar aparatos específicos, por ejemplo machacadoras (chancadoras) en sistemas de cintas transportadoras, dotándolos de un revestimiento aislante. La siembra de árboles o setos ayuda a detener la erosión eólica y favorece la precipitación del polvo. Los aparatos de perforación deben equiparse con dispositivos para precipitar el polvo, ya sea en seco o en mojado.

Las plantas depuradoras eliminan las sustancias sólidas en suspensión y neutralizan y purifican las aguas residuales, a fin de que el efluente cumpla normas mínimas de calidad. Para cada solución o suspensión existen procesos adecuados de separación líquido/líquido o sólido/líquido que deben utilizarse para purificar las aguas contaminadas. Para depurar aguas ácidas contaminadas con metales se pueden usar, por ejemplo, procesos electrolíticos; en el caso de aguas residuales radiactivas, puede aplicarse una técnica de intercambio de iones. Por otra parte, deben aprovecharse todas las posibilidades de combatir las causas de contaminación. Por ejemplo, un filtro ultrafino dispuesto en derivación en el circuito de lubricación de un motor prolonga la utilidad del aceite y puede reducir hasta en un 90% el volumen de lubricantes usados que hay que eliminar.

Las dragas para la explotación de placeres marinos en la plataforma litoral deberían estar equipadas con un canalón prolongado de descarga del descapote, que permita cubrir los desechos gruesos detrás de la draga, restableciendo así al máximo la composición granulométrica natural del suelo marino.

La extracción en húmedo en un lago artificial es preferible a la extracción en el cauce fluvial, puesto que reduce considerablemente la carga de lodo en el río.

Los pozos de exploración y otros agujeros de perforación de tamaño importante en desuso deben sellarse, ya que podrían desequilibrar los horizontes impermeables que retienen las aguas subterráneas.

Particularmente en frentes de arranque frágiles, el talud del perímetro de la mina debe ser tal que impida movimientos de tierra, tales como deslizamientos y derrumbes.

Al planificar la extracción en seco de carbón, debe preverse la protección de escombreras susceptibles de combustión espontánea, compactando la superficie e impidiendo el paso del aire. Los pilares y frentes de explotación abandonados también deben sellarse para impedir incendios latentes.

Las medidas especiales que pueden tomarse para proteger los ecosistemas vecinos incluyen la prohibición de acceso, el cercado y el bloqueo de vías.

Para proteger a la población afectada deben tomarse medidas tales como el nombramiento de un encargado de asuntos medioambientales y/o de seguridad en la mina y la asignación de médicos para la atención de los mineros. Dada la imposibilidad de restringir los daños ambientales a la superficie de explotación, debe brindarse atención médica a todas las personas que viven en los alrededores.

Paralelamente a las actividades mineras y a las medidas encaminadas a reducir los efectos ambientales de la explotación a cielo abierto, deben vigilarse constantemente todos los factores ambientalmente relevantes, recurriendo para ello a mediciones de control (monitoría). Los factores más importantes son: gases de escape, nivel de ruido, vibraciones, contaminación del agua, emisiones de polvo, movimientos/estabilidad de taludes, hundimientos y nivel freático.

Medidas posteriores a las actividades mineras

Después de agotar una sección del yacimiento y de haberla rellenado con desmontes de otros frentes de explotación, deben emprenderse inmediatamente medidas de saneamiento. En vista de que las explotaciones a cielo abierto suelen ocupar grandes extensiones, las medidas de recuperación en las secciones agotadas se realizan simultáneamente con las labores de extracción en otras secciones. Lo mismo debe hacerse en explotaciones con extracción en húmedo ubicadas fuera del cauce de un río. La recuperación del terreno afectado debe hacerse procurando restablecer las condiciones naturales del paisaje.

Sobre todo en zonas tropicales, conviene drenar y nivelar todas las superficies beneficiadas en húmedo, a fin de evitar acumulaciones superficiales de agua que podrían convertirse en focos de incubación de agentes patógenos y vectores, especialmente de la malaria. Sin embargo, en algunos casos, las acumulaciones de agua creadas por la explotación a cielo abierto pueden servir de reserva en época de sequía o aprovecharse como fuente de ingresos, por ejemplo para la piscicultura.

Las escombreras y los perímetros de la mina, al igual que las pilas de desmonte externas y las antiguas superficies de explotación, deben recultivarse inmediatamente con vegetación autóctona, a fin de limitar o prevenir la erosión -sobre todo en zonas tropicales de clima húmedo- así como la erosión eólica en zonas áridas. En zonas particularmente vulnerables deben utilizarse métodos especiales para controlar la erosión (por ejemplo, drenaje y consolidación).

Finalmente, conviene sanear progresivamente las superficies explotadas para dedicarlas a la agricultura, o bien restablecer las condiciones naturales para destinarlas a otros fines. Para poder aprovechar el terreno, será necesario aplanarlo, compactarlo y cubrir las superficies mecánica o hidráulicamente con capas de tierra y humus, a fin de permitir el restablecimiento de la cubierta vegetal y poder cultivar la tierra. Sin embargo, el recultivo del terreno afectado representa tan solo una posibilidad de minimizar el impacto ambiental. Debe tenerse en cuenta especialmente que las medidas de recuperación toman mucho tiempo y que su éxito no está garantizado. El recultivo de superficies, especialmente en zonas tropicales, no ha sido lo suficientemente estudiado y desarrollado en lo que respecta, por ejemplo, a las consecuencias de ciertos ciclos de cultivos y especies apropiadas para el lugar.