jueves, 17 de diciembre de 2009

IV Domingo de Adviento


MARIA, PORTADORA DE LA BUENA NUEVA- EL EMMANUEL.

El Evangelio de la Visitacíon es, en primer lugar, una reflexíon sobre la Iglesia. La Iglesia, indudablemente, no estaba aun fundada… pero aquí esta representada, “simbolizada”, en cierto modo por María. La situación de Marìa, que lleva en su seno al Señor, es similar a la de la comunidad cristiana que lleva en si misma a su Señor. Porque María es modelo de los creyentes, modelo de la Iglesia. Ella fué la primera creyente, por eso su prima Isabel le dice: “Dichosa tu, que has creido”. Ella es tambien el inicio de la iglesia, porque la Iglesia es mucho mas que su estructura, su organización, su jerarquia… La Iglesia es, ante todo, la comunidad que lleva en si misma a su Señor. Por eso en Maria, en la que el Verbo de Dios “se hizo carne”, estaba ya naciendo la iglesia, la comunidad que lleva dentro de si a su Señor. Y no es casual que “saltara la criatura” en el vientre de isabel. Porque María, como la Iglesia, es una buena noticia, que hace que nazca en los seres humanos la ilusión, la esperanza; hace que los que van “arrastrandose” por la vida puedan comenzar a caminar y hasta saltar…

¿Que nos puede decir todo esto en la proximidad de la Navidad? ¿A que nos invita este cuarto domingo de Adviento?

El mensaje de este domingo nos invita a volver la mirada a Maria como modelo de creyente, como modelo de Iglesia.

Nos invita a no tener miedo a decir “si” a Dios y confiar plenamente en El.

Nos invita a ponernos en el camino y visitar aquellos que necesitan el apoyo, la amistad y el servicio que podamos brindarles.

Y sobre todo, nos invita a ser portadores, en todos los ambientes en que nos movemos, de la Buena Noticia que es Jesús, el Emmanuel.



¡Feliz IV Domingo de Adviento!


Reynaldo Rodrigo Román-Díaz.

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