sábado, 2 de enero de 2010

Epifanía del Señor.





LA ESTRELLA.


“¿Dónde esta el rey de los judios que acaba de nacer? Porque vinos surgir una estrella y hemos venido a adorarlo.”

Con estas palabras se presentan en Jerusalén los magos de Oriente. En el corazón de estos hombres hay una anhelo y una esperanza de encontrar al rey de los judíos, al Salvador. Por eso se han emprendido este camino siguiendo la estrella; por eso preguntan: “donde está el rey de los judíos?”.

La fe de los magos, como la de los pastores de Belén, destaca sobre la fe del propio pueblo elegido y sus jefes, que conociendo la palabra: “ y tú Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel”, no son capaces de levantarse a buscar al Mesías, al Dios hecho hombre. Estos “magos” (que ya sabemos que no eran reyes ni magos en el sentido que le damos hoy a estas palabras) no solo siguen las señales del cielo y de la vida que Dios le da; están abiertos al misterio divino. Quizá pensaban encontrar a un rey en un palacio, o alguien sentado en un trono, pero encuentran a un niño pobre y desvalido en brazos de una humilde mujer. Y asi, sin duda ni temor, lo adoran y le ofrecen sus regalos.

¿Qué respuesta le dariamos a los hombres y mujeres que hoy nos preguntan sobre Dios, asi como los magos preguntaron hace dos mil años, aproximadamente, en Jerusalén? ¿Cuáles son las “estrellas” personas o acontecimientos, que dan sentido a nuestra vida? ¿Cómo podemos ser una “estrella” que lleve a otros a Dios? En esta fiesta de la Epifanía del Señor, de la manifestación de la Salvación de Dios en Cristo Jesús, el Evangelio nos invita a ser “estrella” o señal para que otros emprendan este camino de la busqueda de Dios, asi como a tener el corazón abierto para descubrir a Dios en todas las cosas, sobre todo en los mas pequeños.

Reynaldo Rodrigo Román Díaz. SVD





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