jueves, 26 de noviembre de 2009

Domingo Primero de Adviento



ELIMINANDO LAS SOMBRAS.

Considero que casi todas las personas se preocupan de algo de vez en cuando, inclusive los niños. A veces nos preocupamos de insignificantes cosas que vienen a nuestra mente y que talves nunca pasaran en la vida real. Por ejemplo, ¿alguna vez ustedes sintieron miedo por las sombras en la pared o en el cielo raso durante la noche? Nuestro miedo se quita cuando encendemos la luz y las sombras desaparecen. A veces las sombras son nada mas que una silla o un mueble que no nos acordamos que estaban allí. Al menos a mi me sucede cuando viajo de un lugar a otro y duermo en diferentes cuartos. De repente no me acuerdo donde estoy y enciendo la luz para cerciorarme en que lugar o habitación me encuentro.

Hay otras personas que inclusive se preocupan por el clima. Ellos se preocupan por como estará el día; caliente, frio, demasiado húmedo, o si lloverá muy fuerte, etc. Lo curiosos es que no podemos hacer nada con el clima. Tal ves tendremos que cambiar nosotros de planes pero el clima seguirá por el resto del día o noche. Por ejemplo, cuando fui a Pamplona, España y me tuve que quedar todo un día en la habitación porque no cesaba la lluvia y el frio.

Pero también nos angustiamos por cosas mas serias, por ejemplo, cuando un familiar se enferma y te sientes impotente porque quieres que el familiar se recupere rápido. O también cuando algún amigo ha perdido un ser querido, quisieras manifestarle tu cariño y estima para que el o ella se sienta mejor a pesar de haber perdido a alguien querido.

¿Podemos entender estos tipos de angustia so preocupaciones?

Jesús dijo acerca de estas preocupaciones: “Estén alerta, para que los vicios, con el libertinaje, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida no entorpezcan su mente y aquel día los sorprenda desprevenidos”
Sabemos de antemano que las preocupaciones no nos ayudan mucho en la vida. Nos hacen sentir incómodos y hasta con cierto temor. Son como una cosa pesada que tenemos que llevar “sobre la espalda”.

Jesús habla de esperanza. El nos enseña que nosotros nos preguntamos sobre cosas del futuro. ¿Qué es lo que pasará?, ¿Cuándo pasará?, O ¿Dónde pasará?. Pero Jesús nos recuerda algo importante: “Dios esta cerca”.

Considero que a pesar de que las cosas o los sucesos de nuestra vida son a veces difíciles y que inclusive por muy optimistas que fuéremos, a veces nos da temor enfrentar el presente y su circunstancia, debemos recordar y experimentar que el Espíritu de Dios esta cerca para darnos fortaleza y coraje, para ayudarnos y sobre todo, calmar nuestras angustias y preocupaciones.


Feliz Primer Domingo de Adviento,

Reynaldo Román

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